martes, 19 de marzo de 2013

Más de dos siglos luchando y dando vida.

General Elorza
La Fábrica de Armas de Trubia lleva en pie desde 1794; en aquella época se consideró que el lugar idóneo para la construcción de una fábrica de estas caracteríscas era Trubia, por lo cerrado del valle que facilitaría su defensa y la proximidad de agua y otras materias primas.

Desde entonces hasta hoy, la Fábrica de Armas vivió momentos buenos y malos; en su seno se formaron los mejores obreros de España, en su afamada Escuela de Aprendices creada en 1850 siendo director de la Fábrica el general Elorza.

Mi infancia, vinculada a la Fábrica como la de tantos trubiecos (hijos y nietos de obreros "cañoneros"), hace que tenga la memoria llena de recuerdos y numerosas etapas, unas mejores que otras, pero ninguna tan crítica como la que vivimos estos días. Aquellos años en que "el pito" de la Fábrica regulaba el inicio y fin de los turnos, audible en todo el pueblo, épocas más conflictivas con duras reestructuraciones, hasta estos días en que la "empresa" planea su desmantelamiento; no hay un sólo día en la vida de un trubieco que no venga marcado por nuestra Fábrica de Armas.

Con trece años me llevaron a vivir a Oviedo, y cuento casi treinta y siete. Viví más años fuera que en Trubia y, aún así, o por eso mismo, me siento cada día más cascarillero. Una de las cosas que más me enorgullece es haberme casado en la Capilla de la Fábrica de Armas de Trubia, junto al taller de Carros, donde tantos años trabajaron mi abuelo y mi padre.

Se nos acaba el tiempo, quienes pueden influir en la decisión de desmantelar la Fábrica de Trubia miran para otro lado; dentro de poco pagarán en las urnas su traición a nuestro pueblo, a nuestra industria.

Pero no podemos esperar a que les llegue su hora, la hora de la Fábrica es ésta. Hemos de estar más unidos que nunca por el futuro de nuestra industria más querida, la industria que hizo que Trubia estuviera en el mapa de las factorías más prestigiosas, la industria que ha hecho de Trubia lo que actualmente es.

Estos días tenemos la oportunidad de apoyar a los trabajadores de la Fábrica de Armas de Trubia, de unirnos a ellos y ser, todos juntos, un sólo grito. Que sientan el apoyo de sus amigos, de sus vecinos, sus familiares y los de todos aquellos que con su trabajo están vivos en la historia de la Fábrica de Armas de Trubia.

Trubia no se rinde. Trubia no se cierra.