viernes, 11 de octubre de 2013

Palmeros de lujo

Últimamente vengo observando un fenómeno que asola los hemiciclos en España: el palmero.

Cada vez es menos frecuente que un debate parlamentario se limite al intercambio verbal de posturas y argumentos, datos y opiniones; y cada vez es más frecuente escuchar argumentaciones populistas y verdades a medias en busca de la ovación de los "compañeros".

No se escucha lo que se dice, imagino que por lo vacío de las exposiciones, simplemente se espera el momento en que el amigo termine de hablar, o haga una pausa para tomar aliento o un poco de agua, y allá se lanzan los palmeros a dejarse oír.

Si el nuestro interviene, le aplaudimos. Si el nuestro hace un chiste (y no está el país para muchos), le aplaudimos. Si se apea de la tarima, o se sienta ya en su sitio, le aplaudimos. Y si la cosa se pone interesante también podemos patalear los aplausos de los otros.

En resumen, si no fuera que bebemos menos agua tábemos como'l ganáu.

Y allá cada uno con su vida, que si tú quieres ser palmero a mi me da lo mismo. Mientras no sea yo quien pague la fiesta, claro.

Publicó la prensa (La Nueva España, creo recordar) hace unos días lo que cobrarán sus señorías los palmeros con la nueva fórmula de retribuciones, que ellos mismos deciden. Y mete miedo.

De los 45 diputados que tenemos en la Junta General del Principado de Asturias hay 42 que cobran por ello y 3 que lo hacen en concepto de Presidente del Principado y Consejeras.

Pasen y vean:
  • 23 diputados tienen un sueldo de más de 4.000 € al mes.
  • 14 diputados tienen un sueldo de entre 3.500 € y 4.000 al mes.
  • 5 diputados tienen un sueldo de entre 2.000 € y 3.000 € al mes. Imagino que sean aquellos que tienen dedicación parcial.
Al parecer algunos de ellos han renunciado a un concepto de dietas, o algo así, ya descontado de las cantidades citadas.

Esto es lo que nos cuestan los palmeros, exentos de responsabilidades, aforados y sin haber tenido que demostrar a nadie si realmente ya sabían dar palmas antes de llegar o si es algo que se aprende "en dos tardes".